domingo, mayo 13, 2018

Pablo Ilabaca prepara ópera rock y disco solista



La Tercera

Tras salir de Chancho en Piedra, el músico alista además una nueva entrega de Jaco Sánchez y una obra de teatro.

Por Mauricio Jürgensen

Le preocupa lo que piensen “los chiquillos”, que algo de lo que diga pueda sonar a descortesía o a falta de agradecimiento. Pablo Ilabaca González reconoce que los últimos días no han sido “para nada fáciles” y que ha sentido más pena de la que esperaba cuando decidió alejarse del conjunto que ayudó a fundar en 1993 y donde todavía militan su hermano Felipe y sus amigos de toda la vida, Lalo Ibeas y Toño Corvalán.

“Nada se ha roto a nivel personal”, aclara de entrada sobre sus antiguos colegas con los que llegó a publicar nueve discos en 24 años. “Nos seguimos viendo y hablando por teléfono. Igual se siente raro no estar con ellos, no ser parte de las reuniones y todo lo que significa haber sido parte de esa banda por tanto tiempo”.

El músico, también conocido como K-V-Zón, dice que fue una decisión “reciente” y su cara cambia cuando tiene que definir si su alejamiento es definitivo o no. “No puedo ver el futuro”, dice. “No puedo asegurar algo sobre lo que no tengo certeza. Pero la decisión está tomada y me siento tranquilo de poder seguir con lo mío, porque me fui por eso: porque necesitaba más tiempo para concentrarme en las muchas cosas que quiero hacer”.

El músico de 41 años mide sus palabras y elude teorías que, una vez más, podrían incomodar a sus antiguos colegas: dice que no estaba agotado de tocar en Chancho en Piedra y descarta que haya sido él quien empujaba el carro creativo. Dice que el conjunto superó un montón de obstáculos en su carrera (“nos estafaron, nos robaron los instrumentos, cuando sacamos El tinto elemento (2002), nos criticaron, pero seguimos adelante”) y que no duda que Chancho en Piedra saldrá adelante de la mano de C-Funk, su reemplazo.

Aunque elude cualquier versión que tenga que ver con diferencias creativas o artísticas, Ilabaca sí admite que hubo “distintos criterios” y que por lo mismo decidió que este 2018 sería para lo propio, un concepto que justifica con un arsenal de planes para los próximos meses. Lo primero que viene es el nuevo proyecto de música soul que estrenó en 2005 llamado Jaco Sánchez y que en los próximos meses reaparecerá con un tercer álbum llamado Sunshine (el primero desde 2008) y que adelantará parcialmente el viernes 15 de junio en el Club Subterráneo, seis días después que su antigua banda reaparezca con C-Funk.

Lo nuevo de Jaco Sánchez (10 canciones, una de ellas en inglés llamada Amapola my love sleep like angel) antecede su segundo proyecto de la temporada: un EP que firmará con su nombre y que está grabando con Guido Nisenson, productor argentino avecindado en Chile, y que también supervisó la grabación de Funkybarítico hedónico fantástico (2016), el más reciente de Chancho en Piedra. “Se va a llamar Canciones para conversar con la parca”, precisa, “y lo veo como una obra de arte. Lo de Jaco es más convencional y pop en su estructura, esto no, porque hay una gran diferencia temática”.

En la misma senda anuncia un tercer registro para este 2018: se trata de una ópera rock que viene trabajando desde 2011 y que se va a llamar Las cuatro muelas del juicio, un proyecto que debería aparecer en octubre y que contará con invitados como Pedropiedra y el guitarrista estadounidense Trey Spruance, de Mr. Bungle, que aparecerá en dos canciones. K-V-Zón, que seguirá tocando con 31 Minutos, también confirma que participará en un musical dirigido por Álvaro Díaz, socio musical en el famoso proyecto infantil, y donde también está Elvira López, con quien Ilabaca ya había trabajado en Ciencia ficción, otro montaje donde hizo la música. “Se llama Condicional y se estrena en octubre como parte de los 75 años del Teatro de la Universidad Católica”, explica sobre un montaje donde oficiará como director musical.

Lo más inmediato, sin embargo, es lo que más le preocupa. “Me estoy tomando muy en serio lo de Jaco Sánchez”, dice. “Va a ser como una bienvenida a mi nueva situación. De hecho, ahora me gusta mucho más cantar que tocar guitarra. Es un gran desafío artístico estar haciendo todo esto”. Lo dice uno que tomó la siempre difícil decisión de renunciar para seguir creciendo.

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