viernes, mayo 11, 2018

Jóvenes compositores amplían narrativas y sonidos del jazz

El Mercurio

La creación chilena sigue avanzando hacia distintos territorios. Allí los nuevos autores se mezclan con la música docta, la electrónica, el rock y hasta el rap. 

Por IÑIGO DÍAZ

Había estado recluida a secciones de vientos, tocando el clarinete en agrupaciones de pop, fusión y cumbia. Cuando Luz Cuadros (31) viajó, en 2012, a Río de Janeiro para un adiestramiento intensivo, encontró las respuestas que buscaba como creadora. "Estudié con Itiberê Zwarg y sus métodos de composición colectiva en tiempo real. Mi música no se basa en los músicos, sino en los instrumentos que se requieren", dice para explicar los resultados de esa experiencia en Brasil, del ensamble de nueve elementos que convocó para tocar y de un disco cuyo título se antoja emblemático: "Desestructura". Es una muestra más de un ímpetu que ha llevado a músicos de jazz a torcer rumbos en la composición.

Esta ola de música actual presenta observaciones sobre el timbre, el ritmo y una narrativa de carácter orquestal, y se recoge a través de discos, partituras y hasta performáticos conciertos-obra como los que propone Luz Cuadros.

Uno de los proyectos más representativos es el Ensamble Nodo. Considerado un continuista del referencial Ensamble Quintessence, sus músicos se conocieron en un diplomado de composición y arreglos que dictaron Federico Dannemann y Claudio Rubio, músicos de Quintessence. "Después de esa experiencia nos reunimos y formamos este Ensamble Nodo, con instrumentos como saxos soprano, alto, tenor y barítono; trompeta, trombón y flauta traversa", cuenta Rodrigo Leible (29). "Somos varios compositores en Nodo. Escribir para este ensamble requiere otra lógica: darle unidad como un todo a piezas de muchas secciones y muchas direcciones estéticas según el autor", agrega el saxofonista del grupo, que este 25 de mayo volverá a mostrar su disco "Taller 1" en el ciclo de conciertos de la radio Valentín Letelier, de Valparaíso.

Más transfiguraciones

Emilio Bascuñán (35) se ha situado como compositor para orquestas de jazz y, de hecho, tanto la Conchalí Big Band como la Mapocho Orquesta han grabado discos con sus partituras. En paralelo trabaja con un octeto bajo su dirección, que tendrá novedades este año. Y si se trata de innovaciones sónicas, la música de Bascuñán se pone a la vista: "Estoy trabajando con electrónica, percusiones y contrabajo", cuenta.

Si Luz Cuadros fue clarinetista de sección, durante años se vio a Ignacio Díaz Lahsen (30) como guitarrista rítmico del grupo de jazz manouche Gypsy Trío. Nada hacía presagiar que detrás de ese ataque veloz de cuerdas hubiera un compositor como el que se expone en el reciente disco "La espera y el despertar", donde el colectivo Los Musicantes interpreta sus dinámicas partituras, para un cuerpo orquestal de vientos y sección rítmica. "Desde la escritura para ensamble de jazz se busca un diálogo constante con sonoridades del rock y la música de cámara", dice Ignacio Díaz Lahsen.

Mucho más lejos, desde el punto de vista sónico, llega el guitarrista Felipe Peña (34), con su álbum "Transfiguración". Allí escribe para el Ensamble Número Colectivo, y no tiene dificultades para pasar de obras para violín, viola y cello a momentos de jazz avant-garde , recitación poética e incluso hip-hop, con la presencia del rapero Enzo Miranda, otro que conoce bien los cruces desde y hacia el jazz, con el fabuloso quinteto Cómo Asesinar a Felipes.

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